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  • jensenpaloma

COCINAR? NO, PARA QUE?



Antes para mí la cocina era un lugar prohibido, no me acercaba ni de broma, jamás me motivo comprar algún utensilio, vajilla o un sartén. Pasaba de largo sin voltear a ver esa parte de mi apartamento de hecho, me atrevo a decir que fue el lugar donde menos pase tiempo.

Por la misma razón mi cocina lucia escueta, sin vida y con muy poca luz. Siempre que el tema salía en la plática ¿Y Sabes cocinar? Mi respuesta inmediata era no, ni me gusta.

Si disfruto comer, no me mal entiendan, pero el hecho de preparar un platillo me asustaba. Mi menú variado era entre freír un huevo o hacer una quesadilla. Por eso nunca comía en mi casa, me la pasaba en carretas de tacos, restaurantes, la casa de mis amigas, o en la de mi mama, o a donde me invitaran siempre y cuando hubiera comida lista para saborear.

Así viví más de diez años, lo escribo, lo leo y no lo creo, ¿Pues en que mundo vivía? En uno donde me creí la idea de que la cocinar era aburrida, tediosa y de flojera. Trabajar más, algo que por supuesto me negaba hacer. Me programé de tal forma que en algún momento pensé que jamás aprendería a cocinar.

Los años pasaron, la vida cambio y yo junto con ella por supuesto, que eso cobro factura en mi cuerpo, llegue a pesar hasta 196 libras, unos 88 kilos, pues qué otra cosa te puedes encontrar en la calle que comida llena de grasa, carbohidratos y azucares saturadas. De repente me encontraba frente a más de 200 mujeres en un entrenamiento a nivel estatal en el estado de Utah donde era la coordinadora de un programa de nutrición para latinos. Ese trabajo cambio mi forma de vida, cómo llegue a ese cargo es otra historia, pero estaba ahí hablando de buenos hábitos alimenticios y comidas saludables.

Recuerdo muy bien que algo paso ese día me vi frente a tantas mujeres, la mayoría delgadas, y yo con sobre peso, recuerdo que llore esa noche de frustración, como podía estar en esa posición, yo la que odiaba la cocina y no sabía nada de alimentación, que paradoja.

Creo que ese día tome la decisión de hacer un cambio de alimentación pero sobre todo de mentalidad. Aprender a ¨desaprender¨ decía mi profesor Gaona de la Universidad en su clase de Filosofía. Y eso fue justamente lo que empecé a hacer. A reprogramar mi mente, dejar mis creencias negativas sobre cocinar, poco a poco fui tomando interés por las clases de nutrición, empecé a comprar libros de recetas, a ver videos en YouTube, a tomar clases y a practicar la teoría.

Ha sido un largo camino, ahora para mí en el presente la cocina representa un lugar donde puedo crear lo que quiero, una receta sabrosa, una salsa diferente y hasta un experimento, así le llamo a las comidas que hago por primera vez, de esa manera advierto que si el sabor no es muy bueno, era tan solo una práctica.

El arte culinario es donde he encontrado a mi mejor aliado a través de los sabores, colores y la variedad de ingredientes. Darme cuenta que la alimentación es básica para mi salud mental, emocional y física es de suma importancia. Eso sumo a continuar en la búsqueda de aprender mas y comer mejor, más sano, higiénico, fácil y exquisito. Porque eso si soy rápida para la cocinada, me gusta hacer recetas fáciles pero eso no significa que no sean deliciosas, al contrario disfruto mucho la presentación así como el empatado, me gusta que sea limpio, pulcro y con detalles.

Definitivamente a veces vivimos con creencias que nosotros mismos nos hacemos pero cuando nos damos cuenta, que no somos nuestras creencias es cuando nos renovamos. Ahora hasta estoy contemplando la idea de estudiar gastronomía. Que vueltas da la vida verdad, hay algo que creías y ahora piensas todo lo contrario de esa idea, a mí me pasó, pero no solo en el área de la alimentación. ¿Te ha pasado?

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